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lunes, diciembre 11, 2006

Alem de voce:::::::

En la espesura de tu noche,
cuando las campanas que dieron el son
de nacer callan.
Un poeta viejo y sin poesía
busca en cada hoja,
que fué luz y es nada,
aquella inspración que se pierde
de historia que fue escuhada.
Su nombre se canta al pasar del flagelante,
como alguna vez se dijo en madera, metal y carne.
Escrito en hoja seca de árbol
muerto por sinceridad,
grita un nombre que se oye y se pierde.
Grita nuestros nombres todos,
en una sola palabra,
como el río por virtud
le regala a Sidartha el son del OM.
Eterno, completo, simple.
"No me tapes el árbol bosque,
porque es a él a quien busco"
El viejo poeta suplica a oscuras hacia la nada,
que nunca escucha, ni ve, ni siente.
Porque somos nada y todo,
lluvia y sol de amanecer,
tarde y luna negra sobre el mar,
árbol en la espesura de tu noche
y flor de primavera en tu andar.
Porque somos poeta sin lengua
y voz en el vacío de tu pecho de madre acongojada.
Somos cien, somos mil, somos nada.
Somos todo y somos calma.
Somos muerte resucitada,
que no es muerte, y también agua.
Somos sed y somos alas;
somos Dios de soberbia y balas.